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Leonardo Sbaraglia como Menem en la serie MENEM en AMAZON PRIME VIDEO 2025

Crítica de ‘Menem’, una mirada pop al poder político (Prime Video)

¿Menem en Amazon Prime Video? Analizamos la nueva serie argentina que mezcla política, humor y espectáculo para retratar una era clave de la historia reciente.
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Leonardo Sbaraglia como Menem en la serie MENEM en AMAZON PRIME VIDEO 2025

De a poco, con timidez, los noventa dejaron de ser contados desde lo periodístico y anecdótico a quizás las herramientas de relato social más populares para el público moderno, las series. Primero fue Coppola que narra los hitos del representante de Diego Maradona; este año fue Menem, que cuenta al menos en esta primera temporada, el primer mandato del político riojano que gobernó y definió el destino de los argentinos por una década y quizás un poco más. Esta es nuestra crítica de la serie de Menem, dirigida por Ariel Winograd.

Describir los noventa desde sus capas políticas, sociales, económicas y culturales parece una tarea casi imposible para cualquier proyecto audiovisual. A ello se le suma el infantilismo de los líderes de opinión y periodistas que juzgan desde posiciones moralizantes lo que debe y no debe ser una serie o película. No, la función primaria de las expresiones artísticas no es contar la verdad o enseñar, si bien son elementos que surgen inevitablemente al ser construcciones humanas: deben contar una historia, con mejores o peores recursos. Y Menem en sus mejores pasajes es una comedia que muestra las aristas absurdas del poder y el carisma, mientras que cierto tono inconsistente, sobre todo de sus dos episodios finales y su necesidad de explicar importantes páginas de la historia reciente en 40 minutos le terminan juntando en contra.

Seis episodios para contar una era política

Cada capítulo narra momentos importantes de los primeros años del presidente rockstar que tuvo Argentina: en el primer episodio, su campaña presidencial, en el segundo el último levantamiento militar carapintada, en el tercero la privatización de empresas públicas, en el cuarto la convertibilidad, en el quinto su camino a la reforma constitucional y en el sexto el brutal atentado a la AMIA y la muerte de su hijo Carlos Saúl Menem Jr.

Una narrativa atrapante que va más rápida de lo que debe

Uno ve el episodio piloto, con vestuarios y colores chillones, fotografía digna de una película y cortes de montaje de videoclips y piensa que es quizás la forma de enganchar al espectador desde el primer episodio. Sin embargo, toda la serie se desenvuelve en ese tono. Pareciera que Winograd le tiene miedo a la quietud: excepto en cierta gravedad observada en el último episodio, todo ocurre rápido, como si se tratara de un Scorsese criollo.

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Esto tiene sus puntos a favor y en contra: a favor la serie se pasa volando, es sumamente entretenida de ver, pero en contra, a excepción de contados personajes, muchos de ellos entran en el terreno de la superficialidad, sin posibilidad que tengan un desarrollo verosímil. Hay algunos que bordean el estereotipo: la Zulema de Griselda Sicialini y el Emir Yoma de Alberto Ajaka son quienes más salen perjudicados por cómo esta propuesta la historia y parecen imitaciones poco contenidas y sobre preparadas.

Juan Minujín como el fotografo de MENEM en la serie MENEM de Amazon Prime Video 2025

Un Sbaraglia deslumbrante

La excepción es Sbaraglia, quien aparece gran parte de los episodios: su interpretación del oriundo de Anillaco es atractiva y oscura en partes iguales. El trabajo de maquillaje es sencillamente fantástico, pero con el correr de los minutos deja de llamar la atención y uno ve a una figura histórica como pocas veces en la industria audiovisual argentina.

Poco espesor político

Es sumamente ambicioso, y una estrategia válida, querer resumir grandes hechos de la historia argentina en 40 minutos. Pero más allá que el ritmo es ágil, algo de la dimensión humana de lo que ocurría fuera de las esferas del poder se pierde. Hay una sola protesta, de pilotos que temen la privatización de Aerolíneas Argentinas y que dura unos minutos, en un metraje total de 4 horas. En los noventa hubo una pobreza y desempleo brutales y grandes instituciones como los ferrocarriles fueron desguazadas dejando una huella en la historia del país. Pero nada de esto se ve en la serie.

Volviendo a Scorsese, no es solo es grande por mostrar el jolgorio de los mafiosos de Goodfellas, sino porque como un sabio narrador sabe que tal placer no viene sin un costo. Aquí lo equiparan a la muerte dudosa del hijo del presidente, pero no se siente orgánico con el relato: toda la gravedad y lado B de la fiesta aparece en el episodio del atentado a la AMIA, el último de la serie y si bien es interesante ver estos hitos representados visualmente, no resulta convincente.

Griselda Sicialini en MENEM la serie de Prime Video de 2025

Mas que un fotógrafo, un consejero

El personaje ficticio de Olegario, el fotográfo personal del mandatario, interpretado por Juan Minujín, trata de introducir este elemento más humano, cercano al hombre común. Sin embargo, termina siendo más una herramienta de guión: él tomó la mayoría de las fotos más famosas de la época, cuando en la vida real fueron varios fotográfos; él siempre le da el consejo justo al presidente y él vive en carne propia la corrupción de parte de su mujer y las presiones que sufrieron los periodistas de parte de su hijo. Su apellido no es Salas, más bien es conveniencia de guión.

Aunque, si es destacable en este punto como los realizadores de la serie ponderan la fotografía períodistica en aquellos años: antes de las redes sociales, fueron el testimonio más cabal del menemato, esa mezcla de mística y kitsch que fueron tan atrayentes y revulsivas para la sociedad argentina.

El episodio de María Julia Alsogaray, el más logrado

Hay puntos altos del proyecto. El mejor episodio es el 3, en el que introducen a María Julia Alsogaray, la millonaria que fue una de las funcionarias de confianza del presidente y tuvo entre otras tareas, la privatización de la empresa telefónica Entel. Aquí no solo hay un contrapeso a la presencia de Sbaraglia, con la bella y talentosa Mónica Antonópulos haciendo de la aristócrata diva: hay una narración sofisticada en la que explican de forma simple la venta de la empresa, en el medio de una fiesta. El capítulo se cierra con la aparición Ricky Maravilla cantando su hit de la década, «¿Qué tendrá el petiso?». Allí la serie muestra algo de esos límites que trastocó Menem como figura pública: el dinero, el poder, la corrupción y el despilfarro eran obscenos, atractivos y parecían no tener límites.

Menem de Fiesta en la serie MENEM de Prime Video

Entonces…

En resumen, si un espectador experimentado busca un relato de una densidad política digna de Costa-Gavras le esta pidiendo peras al olmo. Winograd hizo una serie entretenida, algo insensible socialmente pero que dentro de la fiesta decadente que refleja, cuela más de una verdad.

Nuestra calificación de Menem

3.5 out of 5.0 stars

Ficha técnica

  • Menem (2025)
  • Dirección: Ariel Winograd
  • Guión: Federico Levin, Mariana Levy, Luciana Porchetto, Leandro Filozof, Karina Wroblewski, Silvina Olschansky, Guillermo Salmerón, Mariana J. Varela
  • Elenco: Leonardo Sbaraglia, Agustín Sullivan, Cumelén Sanz, Juan Minujín, Griselda Sicialini, Marco Antonio Caponi, Mónica Antonópulos
  • Fotografía: Félix Monti
  • Edición: Dante Perini, Andrés Quaranta, Leandro Bruno
  • Música: Sergei Grozny
  • Duración: Seis episodios de 40 minutos
  • Nuestra calificación: Buena

Menem  se encuentra disponible en Amazon Prime Video