El terror volvió a dominar la conversación cinéfila en 2025. Desde secuelas esperadas como El conjuro 4: Los últimos ritos, hasta sorpresas más independientes como Together, este año dejó en claro que el género atraviesa uno de sus momentos más creativos. Hubo de todo: gore extremo, reinterpretaciones de clásicos, adaptaciones de Stephen King, experimentos formales como Presence y hasta relecturas sociales que llevaron el terror más allá del susto fácil. En esta lista reunimos las 10 mejores películas de terror de 2025, aquellas que no solo impactaron al público, sino que también ampliaron los límites del género.
10. El conjuro 4: Los último ritos
Para empezar esta lista nos encontramos con el cierre de una saga que logró convocar al público película tras película y que ahora, una década después de su inicio, llega a su fin. Esta entrega funciona como la despedida de Ed y Lorraine Warren en la pantalla grande, interpretados por Patrick Wilson y Vera Farmiga. Sin dudas se trata de un cierre más emotivo y nostálgico que verdaderamente terrorífico, por lo que no podíamos dejarla fuera de esta selección. Como dijimos, el costado más dramático es el que domina la película: aunque el terror está presente, no es lo que sostiene el relato. La familia se convierte en el núcleo emocional, dando paso a Judy, la hija de los Warren, quien junto a su marido Tony parece destinada a tomar el mando en los futuros casos que puedan venir.

9. Wolfman
Pasó desapercibida, con poco tiempo en salas y casi sin menciones dentro del mundo del terror, pero la propuesta dirigida por Leigh Whannell y protagonizada por Christopher Abbott y Julia Garner merece ser destacada. La trama sigue a una familia que viaja a una casa rural, en medio de la nada, que el padre ha heredado. Sin embargo, durante el trayecto son atacados por un lobo (o mejor dicho, un hombre lobo) que termina infectando a Blake, el padre de la familia, quien deberá luchar contra su transformación para no poner en peligro a los suyos.
Como en gran parte de las propuestas de terror de este año, el gore tiene un rol protagónico. Aquí se manifiesta en la infección, los cambios físicos de Blake y la crudeza de su proceso, dando como resultado una historia visceral y también psicológica. Es el relato de un padre que intenta no romper el vínculo con su familia pese a su metamorfosis, aunque la película deja claro que no podrá avanzar si no enfrenta y sana las heridas del pasado.


8. Presence
Dirigida por Steven Soderbergh, Presence apuesta por algo diferente. La cámara, y por extensión nosotros, funciona como un personaje más: como su título sugiere, somos una “presencia” dentro de esa casa familiar que observa todo y a todos. Lo sobrenatural y fuera de lugar no es lo que ocurre allí, sino nuestra propia mirada. Para muchos puede no ser exactamente una película de terror, sino más bien un thriller dramático, ya que el verdadero miedo proviene de ser testigos de tensiones contenidas, relaciones rotas y la falta de comunicación dentro de la familia que habita el espacio que ocupamos como ente invisible.
Lo perturbador aparece en esa sensación de vigilar y perseguir a los personajes. Al convertirnos en el fantasma, Soderbergh consigue un enfoque distinto que se acerca más al terror psicológico que al fantástico o visceral lleno de sangre. No hay jumpscares ni monstruos; en cambio, la película propone una mirada incómoda, inquietante y reflexiva que se aparta de lo clásico.


7. Nadie va a escuchar tu grito
El cine argentino hace su entrada triunfal en esta lista, y nada menos que con un slasher. Dirigida por Mariano Cattaneo, la historia ocurre durante el Mundial de Fútbol de Italia 1990, en el barrio de Bernal, en el conurbano bonaerense. Mientras todo el barrio está pendiente de los partidos y vive la euforia colectiva, un asesino serial aprovecha ese contexto de distracción para cometer sus crímenes. Pero una joven descubre lo que está ocurriendo y tratará de revelar la identidad del asesino antes de que termine el torneo.
Aunque el slasher es un subgénero intrínsecamente asociado a Estados Unidos, esta película demuestra que se puede realizar de una manera en la que la identidad argentina se sienta presente, real y muy nuestra, especialmente a través del uso de la cultura popular.


6. The Monkey
Adaptación de un relato de Stephen King a cargo de Osgood Perkins (Longlegs), The Monkey es una película que dividió al público y a la crítica, pero que no se puede negar que fue una propuesta dentro del género que dio que hablar. Logra un buen balance entre terror, comedia negra y gore. La idea de que la muerte puede llegar en cualquier momento y no puede ser controlada es un miedo universal, y en esta película se hace realidad mediante la maldición de un juguete. Cada vez que el mono de cuerda toca sus tambores, alguien morirá de la manera más cruel posible.
Protagonizada por Theo James en un doble papel, interpreta a dos hermanos gemelos idénticos en apariencia pero muy distintos en personalidad: Hal y Bill. El primero será quien trate de detener la amenaza del mono, pero su camino y objetivo se complicarán a medida que la película avanza.


5. Together
Y llegamos a mitad de la lista con otra propuesta donde el gore es un elemento principal. Una historia de amor que utiliza lo visceral para explorar los conflictos que puede atravesar una pareja. Aunque la premisa es “sobrenatural”, ambos beben agua de una cueva que será la responsable de unirlos literalmente, detrás de ello se encuentra la excusa perfecta para hablar del desgaste emocional en la pareja, el miedo a no conocer realmente al otro y la pérdida de identidad dentro de una relación donde uno se fusiona tanto con el otro que ya no se siente un individuo per se.
Una propuesta que vale doble al tratarse del debut cinematográfico de su director, Michael Shanks, quien presenta una película con una atmósfera impecablemente construida: oscura, claustrofóbica y emocionalmente agotadora.


4. La virgen de la tosquera
Con Mariana Enriquez como punto de partida, la escritora argentina más destacada de los últimos tiempos, esta película no iba a pasar desapercibida. Con estreno en Sundance a principios de año, la nueva obra de Laura Casabé (Los que vuelven), con guion de Benjamín Naishtat (Rojo, Puan) inspirado en dos relatos del libro Los peligros de fumar en la cama, ofrece una propuesta que mezcla de manera magistral el terror sobrenatural con el coming-of-age.
Ambientada en 2001, en plena crisis social y económica en Argentina, tres amigas, Natalia, Mariela y Josefina, están enamoradas del mismo chico: Diego. Pero sus planes de conquista se ven frustrados cuando aparece Silvia. Decidida a separarlos para quedarse con el amor de su vida, Natalia recurre a un hechizo con la ayuda de su abuela. Sin embargo, ese embrujo no será el único elemento sobrenatural presente en la historia: la joven comienza a manifestar poderes que no puede comprender y que irán creciendo poco a poco.
Una propuesta nacional que se siente como tal, y que sabe mezclar con notable naturalidad el mundo cotidiano con lo fantástico sin que el espectador cuestione su verosimilitud. Un gran triunfo para el terror local y latinoamericano.


3. The Ugly Stepsister
El gore vuelve a hacerse presente en esta lista con un body horror imperdible. Al igual que en Together, también se trata de una ópera prima, en este caso dirigida por la noruega Emilie Blichfeldt, quien propone una reinterpretación oscura y perturbadora del cuento de La Cenicienta. Aquí la protagonista es Elvira, una de las hermanastras.
La directora utiliza el gore para construir una crítica social sobre la obsesión femenina por la belleza, la perfección y los estándares inalcanzables a los que muchas mujeres se ven sometidas. Pero no lo sitúa en la actualidad, sino en un pasado aristocrático, mediante una competencia donde las jóvenes deben someterse a procedimientos terribles para poder aspirar a casarse con el príncipe.
El body horror, como en The Substance, aparece para manifestar, a través del horror físico, mutilaciones y cirugías invasivas, una protesta contra la búsqueda enfermiza de la perfección y los costos físicos y psicológicos que implica dicha obsesión.


2. Weapons
Es imposible hablar de las mejores películas de terror del año sin mencionar Weapons. Dirigida por Zach Cregger (Barbarian), llega para demostrar que todavía se pueden ofrecer propuestas diferentes dentro del género, como ocurre con gran parte de esta lista.
La historia parte de un punto potentísimo: todos los niños de una clase desaparecen misteriosamente la misma noche y a la misma hora… excepto uno. De inmediato, la maestra a cargo es acusada por padres y autoridades sin que nadie la escuche ni exista una sola prueba concreta en su contra. La situación desata paranoia, angustia y una serie de interrogantes difíciles de enfrentar.
Si bien la película incluye sustos y jumpscares, su fuerza no reside allí, sino en cómo vamos desentrañando la verdad a través de distintos puntos de vista: la maestra, el padre de uno de los niños desaparecidos, el policía local, entre otros. Weapons es una película de terror que busca asustar, sí, pero también entretener, hacer reír e incomodar. Cregger juega con las reglas del género para ofrecer algo distinto, inquietante y muy efectivo.


1. Bring her back
Los hermanos Philippou vuelven a dar que hablar tras Talk to me. Al igual que en su propuesta anterior, vuelven a tener el trauma como motor de su película pero esta vez llevado un poco más al extremo y con más gore que antes.
En esta nueva oportunidad los directores nos cuentan la historia de dos hermanos huérfanos, que tras la repentina muerte de su padre se mudan con una madre de tránsito interpretada magistralmente por Sally Hawkins . En este nuevo hogar, los hermanos descubrirán poco a poco que su madre sustituta no es tan buena como parece y que ella trama algo que nunca imaginaron.
Una historia que habla sobre el sufrimiento, el trauma, la culpa y el duelo de una madre que haría lo que fuera porque su hija vuelva a la vida, aún así eso signifique transgredir los límites posibles. Pero no solo las buenas actuaciones mantienen a flote a la película, sino que también la atmósfera creada por sus directores, donde la casa donde habitan sus personajes se vuelve un lugar opresivo, laberíntico y claustrofóbico. Una experiencia fuerte que incomoda pero no deja a nadie indiferente.


Estas diez películas no solo sobresalieron por su capacidad de asustar, sino por cómo entendieron el terror como un espacio para hablar de la familia, el trauma, la identidad, la pérdida y aquello que más tememos enfrentar.


