Todavía recuerdo esa tarde de domingo navegando por la plataforma de la N roja hasta que me topé con un poster rosa, de una chica saltando y con una duración de menos de 90 minutos. Me adentré en ella pensando que sería una película para pasar el rato. ¡Qué equivocada estaba! No fue una cinta más. Vi en ella aspectos con los cuales identificarme. Ví a una chica con problemas mundanos, reales; que por momentos no sabe expresarse o comunicarse y termina arruinando todo aquello que quiere arreglar. Me ví reflejada en la pantalla grande (chica, porque lo ví desde mi computadora). Una mujer que se declara a sí misma undateable, que no tiene plata para poder pagar una simple cena, que se pelea con su mejor amiga por un malentendido y que realmente no sabe qué hacer de su vida adulta.

Aunque en Frances Ha, Greta Gerwig no dirige, si es responsable del guion, junto a Noah Baumbach, actualmente su marido. Juntos hacen una dupla impecable, que repetirán en Barbie (2022), pero no quiero adelantarme.
Sus comienzos en el cine
Antes de Frances Ha, la actriz tuvo sus primeros pasos allá por el 2006, de la mano del director Joe Swanberg, con quien años después co-dirigiría Nights and weekends (2008). Sí, antes de Lady Bird (2017) Greta ya tenía experiencia detrás de cámara. Es junto a este director y Mark Duplas con quienes colabora en una serie de películas denominadas Mumblecore. Este se trata de un género de cine independiente estadounidense, caracterizado por actuaciones y diálogos naturalistas que tienden a la improvisación. Suelen ser de bajo presupuesto y hay un énfasis en los diálogos más que en la trama. Además de darle espacio y desarrollo a las relaciones personales. Ya al nombrar estas características, podemos ver un poco de dónde viene la línea autoral de la directora.
Tras participar en varias películas como actriz y colaborar como guionista junto a Noah Baumbach en Greenberg y Mistress America, Greta se lanza como directora. Esta vez en solitario.
La filmografía de Greta Gerwig
Lady Bird (2017)


Voy a ser 100% sincera. La primera vez que ví Lady Bird no terminé de conectar con ella y fue más que nada por el momento en cual llevé a cabo su visionado. Pero tras un año, volví a intentarlo (ya habiendo visto Frances Ha) y comprendí, ya con otros ojos, la humanidad y transparencia con la que la directora narra la vida adolescente. Una coming of age de una joven inexperta, con problemas de comunicación con su madre, una amistad real y los primeros amores de la adolescencia.
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Este género es un tema recurrente en su carrera y que tiene un punto de encuentro con el cine de otra gran directora, Sofía Coppola. Hay algo en la sensibilidad que transmiten a través de la pantalla, ya sea mediante planos o frases, que nos conmueven y resuenan en nuestro interior. Como, por ejemplo, preguntarle a tu mamá si realmente le caes bien, si prestar atención a los pequeños detalles es algo parecido al amor o simplemente sentir nostalgia al recorrer las calles de tu ciudad porque estás próxima a mudarte.
Little Women (2019)


Podemos decir que esta película funciona como transición entre el cine indie del cual venía la directora a su próximo proyecto: Barbie (2022). Pero no nos desviemos del tema. Little Women se suma la lista de adaptaciones del libro de Louisa May Alcott, pero acá la directora logra una profundidad con todas las hermanas March. En sus predecesoras solo destacaban Jo como protagonista, pero aquí todas ellas tienen su momento, su propia voz.
Otro punto para destacar son la inclusión de las líneas de tiempo entrelazadas, el pasado y el presente logra un dinamismo y una profundidad que cala en los personajes y en los espectadores. Comprender sus acciones en el presente mediante su pasado. Gerwig supo adaptar una historia que ha atravesado generaciones y volverla moderna, sin salirse de los moldes establecidos del material de origen.
Un momento importante de la película es el monólogo que lleva adelante Jo March al hablar sobre lo que significa ser mujer, «porque tenemos mente, alma, talento y ambición. Pero también tenemos corazón. Necesitamos amar y sentirnos amadas». Gerwig construye una Jo compleja, que frente a su madre se vuelve vulnerable y deja salir a flote todo aquello que pretendía esconder. Se cree que la liberación femenina está relacionada a una soledad e indiferencia por el amor romántico, pero en este monólogo se deja en claro que no. Todo es más complicado de lo que parece.
Pero este no es el único monólogo presente en la película, Amy (Florence Pugh) también tiene su momento, pero en ella se utiliza en modo casi protesta y para mostrar lo que atravesaban las mujeres en esa época. El feminismo es otro de los pilares de su cine y eso queda demostrado también en su próxima película.
Barbie (2023)


En esta ocasión vuelve a colaborar en la escritura con Noah Baumbach, su compañero. Juntos estuvieron más de un año para la producción de la misma y podemos decir que el resultado fue favorable. Los elementos y la visión de la directora no se perdieron. ¿Quizás están más diluidos? Puede ser, pero no vamos a quitarle mérito. No es lo mismo el público de Lady Bird, allá por el 2017 con A24 a la cabeza, que Warner Bros esperando llegar a audiencia más amplia. Creo que Greta supo adaptarse muy bien y cumplir con ambos, el estudio y el público (o en su gran mayoría).
Esto también hay que decirlo, hubo un sector de los espectadores que sintió que la película no estuvo a la altura de lo que esperaban. Sienten que hubo un exceso en cuanto a explicar conceptos y tomar al espectador como un niño. En mi caso como expliqué más arriba, creo que queda claro el porqué de esa elección.
Si vamos a las bases de su cine, todos sus elementos están presentes en Barbie. Como por ejemplo, tomar la historia de la muñeca más conocida del mundo como si fuera una coming of age. Barbie pasa de ser literalmente una muñeca, algo simple y sin profundidad, a poder comprender las emociones, interesarse por el otro y convertirse en una persona real, de carne y hueso. Ella elige ese camino, tras todo lo recorrido.


El lado feminista vuelve a aparecer y más fuerte que nunca, durante toda la película. Y sí, quizás el monólogo llevado a cabo por America Ferrara deja todo servido en bandeja y para algunos podrá ser simple, pero hay veces que es necesario volver a traer estas palabras.
Es así como el cine de Greta Gerwig nos hace preguntarnos: ¿acaso soy mi mejor versión? Porque hay veces que quiero ser la mejor o nada. Pero en momentos de debilidad pasa por nuestra mente ¿Para que fui hecha? Todavía estamos tratando de descifrarlo…